Nadie Sabe Para Quien Trabaja
Arturo es un tinterillo de 45 años con una oficina de asesorías “legales”, un día Simón aparece con la posibilidad de heredar una gran fortuna, el único detalle es que Simón no tiene derecho a la herencia pues no está relacionado con el occiso quien tampoco dejó testamento. Arturo comparte oficina con Antonia, una contadora, madre soltera que pasa un mal momento financiero y que algo presionada accede en ayudarle. A medida que el plan se ejecuta otros elementos y personajes de la cotidianidad de Arturo como Bernardo un indigente, el “Doctor” Robledo dueño de la oficina, el Dr. Enrique Aristizabal, Diego un gringo que está buscando a su padre y Gustavo un funcionario de una notaría irán integrándose a sus artimañas para lograr reclamar la herencia, cada uno con una agenda personal en la que Nadie Sabe Para Quien Trabaja.
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Robinson Díaz interpreta a Arturo y le entrega mucho de ese humor que reconocemos en él, trata de hacerlo simpático a través de su caricatura porque es despreciable, no tiene una sola cualidad redimible por lo que necesita mucho de la picardía y malicia del espectador para dejarnos llevar en su plan e interesarnos por él, sin embargo llega un punto en el que cansa, nada que ver con la actuación sino que Arturo es detestable y su comportamiento y lo que observamos que le sucede se vuelve repetitivo en su ritmo y tono e imposible de justificar.
Herencia
De hecho la mayoría de los personajes en Nadie Sabe Para Quien Trabaja son desagradables, como personajes, muy bien interpretados por sus actores pero todos tienen algo dañado en ellos que no consiguen simpatizarnos realmente. Simón y Antonia son los únicos que demuestran cierto nivel de “bondad” y aun así están haciendo algo terrible, en el caso de ella es su estado vulnerable el que logra empatía y con Simón es su enamoramiento hacia ella el que lo hace mostrar un buen lado.
Nadie Sabe Para Quien Trabaja tiene una propuesta interesante a nivel temático, el alcance y capacidad de corrupción que consiguen la avaricia y egoísmo, su sentido del humor retorcido basado en la desgracia ajena y el descaro de sus protagonistas se hace llamativo en varios momentos, la banda sonora se ajusta muy bien a la atmósfera y las personalidades. Su final, no necesariamente las últimas escenas sino el desenlace de los acontecimientos centrales me gustó bastante, fue muy bueno, apropiado para los personajes y sus acciones y perfecto para el título de la película.
Notaría
Creería que su defecto más notorio está en lo que ya mencione sobre el ritmo y el tono que se puede sentir monótono ya avanzada la película, pero por lo demás, el tipo de comedia y caracterizaciones depende de los gustos, no estoy seguro que sea para todos pero tampoco creo que sea un gran inconveniente para disfrutarla.
Harold Trompetero Dirige Nadie Sabe Para Quien Trabaja y escribe el guion junto a Alejandro Matallana. Está protagonizada por Robinson Díaz, Jessica Cediel, Adolfo Aguilar, Hernán Méndez Alonso, Francisco Bolívar, Claudio Cataño, Primo Rojas, Germán Quintero, Diego Camargo y Diego Mateus.