La Defensa del Dragón
Es la historia de tres viejos amigos que pasan sus días en el centro de Bogotá, entre el legendario club de ajedrez Lasker, el Casino Caribe, y el tradicional café La Normanda. Samuel es un ajedrecista profesional que vive de apostar en partidas y enseñar matemáticas, es separado, vive en un cuarto arrendado y su enfoque está en entrenar un pupilo para el campeonato local de ajedrez. Joaquín es relojero, uno muy bueno, tiene mucho conocimiento pero está luchando por mantener a flote su taller. Y Marcos es un homeópata español, ludópata en busca de la fórmula perfecta para jugar y ganar en el póker y que anda averiguando por qué su hijo no le ha vuelto a mandar su pensión.
Variante
Lo que La Defensa del Dragón nos presenta, es la cotidianidad de estos personajes, en especial sus preocupaciones e interacciones con las que conocemos algunos detalles de sus pasados, de su carácter y personalidades y nos lleva por esos momentos que son la antesala a cambios importantes en sus vidas. Cuando escuchamos hablar a Natalia Santa su directora y guionista sobre lo que inspiró la historia, queda muy claro lo que vemos, que es la cotidianidad de tres personas normales, su rutina y un momento de transformación representado en esa misma sencillez.
Ataque Yugoslavo
A mi parecer, no se percibe algún sentido de urgencia o hay una construcción de conflicto o peligro latente que esté creciendo hasta que se hace inminente que nos haga preocupar por los personajes antes que ocurran los eventos o por lo menos no en la forma que estamos acostumbrados, a nivel personal, mi “pero” más notorio sería que sentí que hizo falta elevar un poco la tensión, tampoco estoy diciendo que sea algo malo, esa sutileza se aprecia y es interesante, especialmente hacia el final porque se ha plantado una semilla para todo lo que sucede pero manejado desde un ritmo más pausado y exploratorio, no todo se tiene que explicar cuando se puede observar, las cosas sólo se dan y se sigue adelante.
La Defensa del Dragón es una buena película pero vale la pena tener presente el ritmo y el enfoque cotidiano desde el que se cuenta la historia para evaluar cómo se ajusta a los gustos propios de los asistentes. .
Escrita y dirigida por Natalia Santa y Protagonizada por Gonzalo Sagarminaga, Hernán Mendez Alonso y Manuel Navarro.